La luna me estaba hablando
en la noche dominada
y mi pasión se estaba hallando
oblicuamente cautivada.
Mi ilusión tenía duda
y menguaba por momentos
tu sombra perfilada en Buda n
o cambió un ápice mis lamentos.
Jurabas, en vano,
que me querías
me utilizabas a tu capricho
pues camelás con tus galanterías
y te manejas con un buen dicho.
-Vete lejos vete, bandolero,
no te quiero yo a mi vera,
que el amor que no es sincero
ni para otra yo lo quiera.
- Me quedaré yo con mi amor
mi pasión, mi dicha, dolor y pena
que anclado en tierra con valor
aquí esperaré, paciente, yo en la arena.
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