Los duros trances del destino
encaminaron mi vista al borde
ahogando mi absurdo orgullo
siendo del agrio dolor acorde.
Me abrieron los ojos a golpes
rajando la venda que los cubría
hilvanada de rencor y la rabia
que daño a mi misma me hacía.
Quizás, acercándose la Navidad
juntado al hecho de una partida
me destaparon el amargo motivo
del saber muy corta esta vida.
Es hora de empezar a perdonar
volcando al pozo del retiro
unas palabras más que hirientes
un dolor levemente engrandecido.
Aunque perdonar no es olvidar
y memoria tengo de momento
lo haré, creando una distancia
pues el dolor se irá, pero lento.
encaminaron mi vista al borde
ahogando mi absurdo orgullo
siendo del agrio dolor acorde.
Me abrieron los ojos a golpes
rajando la venda que los cubría
hilvanada de rencor y la rabia
que daño a mi misma me hacía.
Quizás, acercándose la Navidad
juntado al hecho de una partida
me destaparon el amargo motivo
del saber muy corta esta vida.
Es hora de empezar a perdonar
volcando al pozo del retiro
unas palabras más que hirientes
un dolor levemente engrandecido.
Aunque perdonar no es olvidar
y memoria tengo de momento
lo haré, creando una distancia
pues el dolor se irá, pero lento.
2 comentarios:
Perdonar, es mirar hacia adelante. Y siempre es tiempo de no volver la vista hacia atrás. Dependerá de cada uno, decidir que hacer con su vida. Si retroceder permanentemente o mirar hacia adelante para avanzar. Para reflexionar. Dejo un beso.
Cierto en parte, Dante. Perdonar se perdona si te han pedido perdón y ese perdón es sincero, si es así, es fácil perdonar.
El perdón no vale con decirlo, más bien hay que demostrarlo, porque si te piden perdón y a los dos días te vuelven a "joder" es más que evidente que ese perdón no fue sincero. Entonces ¿de que sirve que te hubiesen pedido perdón y de haber perdonado? en esos casos es mejor no decir nada y cada uno por su lado.
A veces no vale con pedir perdón y demostrarlo, hay que dejar que pase un tiempo prudencial por aquello de que no hace daño quién quiere, sino quién puede.
Las cosas, no siempre son blancas o negras, o quizás si lo sean y quién realmente complicamos las cosas somos nosotros mismos. ¡que se yo!
Un saludo y gracias por tu comentario.
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